Uno de los pilares básicos para mantener una buena salud financiera es hacer frente a las deudas, pero en ocasiones se producen contratiempos que dificultan el pago de la cuota mensual de un préstamo. Cuando esto sucede, lo recomendable es acudir a la entidad financiera que nos lo concedió para buscar alternativas como refinanciar la deuda, alargar el periodo de devolución o, incluso, negociar un periodo de carencia.
Por un lado, el comprador puede ver la compra de un inmueble como un valor refugio que aporta una renta mensual fija y una rentabilidad superior a otras opciones que hay en el mercado. Por otro, el plazo para recuperar la inversión en una vivienda suele ser largo, son necesarias reinversiones periódicas para mantener su valor y, además, se trata de un activo no líquido: es posible que la casa adquirida tarde tiempo en venderse si se necesita recuperar el capital invertido o que una venta más rápida suponga asumir pérdidas. Conocer las ventajas e inconvenientes de las diferentes alternativas de inversión es importante a la hora de planificar el futuro y tratar de mejorar la salud financiera.
El inicio de año suele estar marcado por los nuevos propósitos, y adquirir vivienda propia es uno de los objetivos más importantes para muchas familias. Sin embargo, uno de los mayores retos consiste en tener la cuota inicial, la cual oscila entre el 20% y el 30% del valor total del inmueble, dependiendo los requisitos del proyecto o la constructora.
A la hora de financiar la compra de un coche nuevo existen diferentes modalidades, entre ellas, comprar el coche a plazos con el concesionario. Esta alternativa requiere, en primer lugar, el pago de la entrada y, tras ello, el pago de unas mensualidades. Por último, se abona una cuota final (más alta que las anteriores) con la que se liquida la financiación.
Un crédito vehicular brinda la oportunidad de comprar el auto que siempre se ha deseado sin tener que esperar tanto tiempo para juntar el monto total para adquirirlo ni sacrificar activos de inversión que tengamos reservados para garantizar nuestra salud financiera en el futuro.
Uno de los pilares básicos para mantener una buena salud financiera es hacer frente a las deudas, pero en ocasiones se producen contratiempos que dificultan el pago de la cuota mensual de un préstamo. Cuando esto sucede, lo recomendable es acudir a la entidad financiera que nos lo concedió para buscar alternativas como refinanciar la deuda, alargar el periodo de devolución o, incluso, negociar un periodo de carencia.
En este verano de vacaciones, además de alistar lo necesario en la maleta y revisar la documentación personal requerida para el transporte y hospedaje, es de vital importancia verificar que la fecha de vencimiento de la tarjeta de crédito o débito esté vigente. La prevención no está peleada con la diversión; al contrario, puede ayudar a evitar cualquier imprevisto y a no comprometer la salud financiera. Si se toman en cuenta estas consideraciones, seguro se podrá disfrutar de unas felices vacaciones y sin sobresaltos.
Hipotecar una casa es una de las decisiones más importantes que una persona asume a lo largo de su vida, por lo que es necesario dedicar tiempo a valorar con cuidado todas las opciones disponibles en el mercado. Y para tomar la mejor decisión es fundamental comprender una serie de conceptos clave que determinan la elección del tipo de hipoteca que mejor se adecua a nuestras necesidades.
Uno de los pilares básicos para mantener una buena salud financiera es hacer frente a las deudas, pero en ocasiones se producen contratiempos que dificultan el pago de la cuota mensual de un préstamo. Cuando esto sucede, lo recomendable es acudir a la entidad financiera que nos lo concedió para buscar alternativas como refinanciar la deuda, alargar el periodo de devolución o, incluso, negociar un periodo de carencia.
En este verano de vacaciones, además de alistar lo necesario en la maleta y revisar la documentación personal requerida para el transporte y hospedaje, es de vital importancia verificar que la fecha de vencimiento de la tarjeta de crédito o débito esté vigente. La prevención no está peleada con la diversión; al contrario, puede ayudar a evitar cualquier imprevisto y a no comprometer la salud financiera. Si se toman en cuenta estas consideraciones, seguro se podrá disfrutar de unas felices vacaciones y sin sobresaltos.
Uno de los pilares básicos para mantener una buena salud financiera es hacer frente a las deudas, pero en ocasiones se producen contratiempos que dificultan el pago de la cuota mensual de un préstamo. Cuando esto sucede, lo recomendable es acudir a la entidad financiera que nos lo concedió para buscar alternativas como refinanciar la deuda, alargar el periodo de devolución o, incluso, negociar un periodo de carencia.
La financiación es una herramienta clave para las empresas; en muchos casos es su motor. Gracias a ella se crece, se innova, se aumenta la productividad, pero para conseguirlo hay que hacer una gestión eficaz. Cuando hay riesgo de incumplir los pagos comprometidos, la refinanciación puede ser una herramienta para proteger la salud financiera de una compañía.
Se trata de un recurso, con sus pros y sus contras, para poner algo de orden cuando se tiene un número importante de deudas. Consolidar o reunificar créditos consiste en transformar una serie de pagos dispersos con plazos de amortización e intereses distintos en una sola cuota. Aunque puede suponer un desahogo mes a mes, la reunificación de la deuda suele conllevar un sobrecoste.
Las tarjetas de crédito son un objeto cotidiano pero muy importante en la vida de millones de personas. Con ellas se pueden realizar compras en comercios de todo el mundo o sacar dinero en un cajero sin necesidad de tener saldo en la cuenta corriente. Por este motivo, es fundamental para mantener una buena salud financiera conocer bien cómo funcionan y hacer un seguimiento periódico tanto de los gastos que se hace con ellas como de los compromisos de pago que se adquieren al usarlas.
El mercado inmobiliario español ha entrado claramente en una fase de desaceleración, sobre todo en lo que se refiere a la vivienda usada. El menor crecimiento económico, la subida de los tipos de interés y la reducción del ahorro acumulado durante la pandemia anuncian una reducción de la demanda de viviendas por parte de las familias en 2023. En este contexto, los analistas esperan un estancamiento de los precios, que se mantendrán en niveles similares a 2022 para volver a crecer moderadamente en 2024.
En el 2022 se vendieron cerca 234.592 viviendas en el país, según cifras de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol). Y para el 2023 se proyecta un crecimiento de 6,7% en la venta de casas y apartamentos, lo que indica que el tener vivienda propia sigue siendo uno de los sueños de muchos colombianos.